(Unas palabras leídas al inicio de la fiesta de fin de año el pasado 20 de diciembre en el local de OPDP en Entrevías)
Fin de un año, comienzo de otro y celebración. Hay muchos motivos para celebrar lo que se está dando en la recóndita esquina del barrio de Entrevías de Madrid, donde aterrizó hace año y medio Otro Punto de Partida.
En julio de 2014 se abrió el local, un Espacio de Creación Educativa llamado a ser lugar de gestación de valores y de una nueva humanidad, una isla donde poner a salvo lo que consideramos que es verdaderamente valioso: la confianza, el creer en las personas hasta el final, la dignidad de cada individuo, la comprensión hacia el otro, la búsqueda de la verdad, la generosidad y la entrega gratuita, el don de la relación abierta, la posibilidad de perdonarnos siempre, el compartir la vida desde lo más sencillo…
Y como momento eje de estos últimos meses, la mayoría de los que aquí estamos recordamos a menudo el Campamento Urbano del pasado julio. Aquellos intensos quince días han quedado marcados como un hito en el recorrido de Otro Punto de Partida. Desde estos reducidos 60 metros cuadrados, una veintena de niños y niñas, bien guiados por un nutrido grupo de monitores y monitoras, llenaron de vida, ruido y entusiasmo el local y las calles aledañas.
Bajo el lema de la amistad, aquellas dos semanas de diversión, aprendizaje, cultura y contacto con la naturaleza se convirtieron en una referencia para los niños y niñas del barrio. Al mismo tiempo, se abrió el espacio para el encuentro y la relación con los padres y las madres, que también hallaron en Otro Punto de Partida un lugar suyo, para ellos, de ellos. Desde ahí, desde esta confianza y vinculación que se va creando, se alumbra la posibilidad de abrir y fomentar diálogos que nos potencien y posibiliten en lo mejor de cada uno, para construir entre todos una nueva humanidad desde el núcleo familiar y también vecinal, social. En ese sentido, sigue siendo nuestro afán el poner en marcha esa anhelada Escuela de Padres, cuya idea surgió del grupo del Curso de Cuidado a Personas Mayores que se celebró en este local entre enero y junio.
La estela del campamento urbano se ha dejado notar en el inicio de este curso, principalmente en las clases de apoyo escolar que se están celebrando por las tardes. Hay que reconocer que se está trabajando, que hay voluntad de estudio y que los resultados van llegando. Y más allá de los resultados, en estas tardes de Entrevías se respira un ambiente creador y cálido, donde a los niños se les ve contentos y con ganas: una concentración relajada y abierta, un estudio desde el buen humor sin perder rigor, unas horas de repaso y solución de dudas que son también oportunidad para el diálogo vivencial y personal con los niños. Desde el fondo, se va creando un clima de confianza mutua y fiabilidad que convierte Otro Punto de Partida en referencia de escuela y vida.
Las actividades de tiempo libre también quieren hacerse su propio espacio. Los tiempos apretados no han permitido mayor profusión, pero la visita a Alcalá de Henares y su espectacular universidad fue la primera piedra de toque. El aprendizaje de nuestra cultura e historia, ya desde pequeños, es fundamental para nuestro desarrollo como pueblo. Tuvimos la suerte de contar con un experto en la materia y en la forma, José Luis, que hizo una visita guiada especial para niños en la que todos aprendimos de la historia de esta ciudad que tantos hechos relevantes ha acogido. En 2016, con seguridad tendremos más oportunidades de disfrutar creativamente de nuestro tiempo libre.
Los mayores también tuvieron su protagonismo en los paseos por Alcalá de Henares y lo tienen a diario en la asociación, sobre todo por las mañanas. En estos primeros meses del curso, hemos continuado con las clases de español para extranjeros, el acompañamiento, las clases de informática… Algún proyecto de cierta envergadura se está planeando para implicar a los mayores de las mañanas, que quizás verá su alumbramiento en 2016. Entre tanto, se ha abierto un curso de informática en las tardes de los lunes, planeado y dirigido por Carlos.
Para terminar, un agradecimiento especial a todos los voluntarios y voluntarias, monitores y monitoras, donantes y vecinos y vecinas del barrio. Entre todos hacéis posible que este lugar humilde se lance a traer lo nuevo, lo que no se da por sí solo, sino que hay que crear, lo que además se comparte, lo que se disfruta, lo que nos pone en relación y construye vínculos reales, solidarios y fraternos entre las personas.